COMUNICADO DE LA GUARDIA ACERCA DE LOS HECHOS PRODUCIDOS EN MALARGÜE

Ante los hechos que son de público conocimiento respecto de lo sucedido en Malargüe durante la homilía que predicara el Pbro. Jorge Gómez el día 9 de julio del corriente, la Guardia de Cristo Rey comunica:
                Que si bien el llamamiento a levantarse en armas, es pasible de ser interpretado de manera equívoca, entendemos el buen espíritu con el que él fue invocado, y pudiendo incluso disentir con la letra, entendemos las circunstancias, maneras, modos y oportunidad que marcaran en el espíritu una virtuosa, puntual y circunstancial prudencia. 
Sin embargo atendiendo a lo urgente y perentorio del caso en cuestión, pensamos que tales afirmaciones se enmarcan en la premura de la acción por parte de la feligresía, clerecía, familia y sociedad, que deberían asumir ante semejante ataque, una acción equivalente a la propuesta por el Padre Pato, sin atender a la expresión literal.  Y aun concediendo a dichas palabras su literalidad, no estaríamos incursos en ningún despropósito ya que el santoral de la Santa Iglesia Católica, está repleto de varones y mujeres que levantándose en armas, defendieron las verdades eternas.  Las armas del católico, también son la oración, el sacrificio y la mortificación, acompañados de la asistencia frecuente a los sacramentos, causa y motivación, como decimos, del acrecentamiento en los altares del elenco de santos que entendieron perfectamente este “levantamiento en armas”. 


Tal urgencia es claramente reclamada por la mismísima ausencia de definición que suponen la profanación de nuestros hijos, su inocencia, su salud espiritual y física y por fin, de la sociedad toda, a partir del derrumbe de la primera, básica y elemental sociedad, que es la familia.  Y que si bien hoy son poquísimas las defensas con las que cuenta, seguimos sintiendo como fieles y como sociedad e Iglesia que nos encontramos ante una batalla en fase terminal.
Que ante la explosiva y mediática propagación de la frase en cuestión, y aún sin revelar la totalidad del contexto en el que fue expresado, reprobamos la actitud de la jerarquía eclesiástica local. El Obispado, a través de su vocero, no trepidó en desautorizar, callar y sancionar públicamente al sacerdote, incluso con un lenguaje soez, tratándolo de “lengua larga, caliente y desafortunado”, atendiendo juicios y prejuicios enmarcados en el juego de lo políticamente correcto, evaluando circunstancias de modo y manera, pero omitiendo lo esencial.  El Padre Pato, Jorge Gómez, llama a salvar las almas de nuestros hijos, de nuestras familias, y de la Patria toda a cualquier precio, como acto de justicia ante la degradación y profanación total que sufre la familia argentina.  Es decir, reclamando como católico y como argentino bien nacido, lo que entendemos que es lo trascendente en lo universal, que enseña el Magisterio de siempre de la Santa Madre Iglesia Católica.
Si bien no esperamos que la prensa, medios de comunicación, paganos, enemigos de la fe, de la tradición, y socios de la apostasía, comprendan al Padre Pato, sí lo esperamos de la mano de aquellos que debieran estar del lado de la Verdad.  Sin embargo los vemos ocupar esas mismas gradas, posicionándose en un lugar cómodo, pidiendo juntos con la voraz proterva, la pena de muerte del “Bautista”.  Lejos de acompañar en el calvario a este solitario Nazareno al modo de las valientes mujeres, tampoco lo hacen como correspondería con una sentencia y grito viril. 
La Guardia de Cristo Rey, desde su relegado, proscripto y humilde lugar, llama a la militancia, la lucha, la defensa, de lo que es bueno, verdadero y bello, que no encuentra lamentablemente reflejo en la Jerarquía local ni en sus voceros, pero sí, en la pequeña y ejemplar voz del Padre Pato. Voz que nos llama a seguir a Aquél que siendo Todo, entregó todo por amor a la Verdad, abriendo el camino a la eternidad sin atender a compromisos terrenales, grados o jerarquías.  Voz que hoy callan miserablemente aquellos que debieran ser los primeros en proclamarla y defenderla.
Nos ponemos bajo el amparo de nuestra Santísima Madre para que a ejemplo de su Hijo, movamos nuestros corazones y voluntades en dirección al Calvario y rezamos fervorosamente para que quienes tienen la responsabilidad de marcarnos el camino, lo imiten también, como lo ha hecho el Padre Pato.
                                                                                                                            
     FIRMAN: Las familias de (Fernando Álvarez, Alejandro Pithod, Tomás Wilkinson, Francisco Recupero, Marcos Fabregat, Fernando Fabregat, Pablo Wallovits, Franco Pacheco y Roberto Gómez), todos miembros de:


LA GUARDIA DE CRISTO REY

1 comentario:

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