SEGURO NO APARECE EN "CAMINOS DIOCESANOS"

EN DEFENSA DE LA VERDAD Y EL BIEN
Sobre el “polémico” Te Deum de Malargüe
“[…] La Iglesia, que se avergüenza
de que tú la has defendido
y se disculpa y se humilla
por ganarse al enemigo,
ha convertido en pecado
tu Cruzada y tu martirio […]”.

José Luis Santiago: “Al pueblo español”


COMUNICADO DE LA GUARDIA ACERCA DE LOS HECHOS PRODUCIDOS EN MALARGÜE

Ante los hechos que son de público conocimiento respecto de lo sucedido en Malargüe durante la homilía que predicara el Pbro. Jorge Gómez el día 9 de julio del corriente, la Guardia de Cristo Rey comunica:
                Que si bien el llamamiento a levantarse en armas, es pasible de ser interpretado de manera equívoca, entendemos el buen espíritu con el que él fue invocado, y pudiendo incluso disentir con la letra, entendemos las circunstancias, maneras, modos y oportunidad que marcaran en el espíritu una virtuosa, puntual y circunstancial prudencia. 
Sin embargo atendiendo a lo urgente y perentorio del caso en cuestión, pensamos que tales afirmaciones se enmarcan en la premura de la acción por parte de la feligresía, clerecía, familia y sociedad, que deberían asumir ante semejante ataque, una acción equivalente a la propuesta por el Padre Pato, sin atender a la expresión literal.  Y aun concediendo a dichas palabras su literalidad, no estaríamos incursos en ningún despropósito ya que el santoral de la Santa Iglesia Católica, está repleto de varones y mujeres que levantándose en armas, defendieron las verdades eternas.  Las armas del católico, también son la oración, el sacrificio y la mortificación, acompañados de la asistencia frecuente a los sacramentos, causa y motivación, como decimos, del acrecentamiento en los altares del elenco de santos que entendieron perfectamente este “levantamiento en armas”. 

Lincoln, la diócesis asombrosa: por qué funciona tan desproporcionadamente bien desde hace 20 años




Con sólo 97.000 fieles, Lincoln es una diócesis pequeña en un estado no pequeño en extensión (el 16º de Estados Unidos) pero sí en población (37º en número de habitantes, no llega a dos millones) y en densidad de población (43º sobre cincuenta), con una capital, Lincoln, donde vive un cuarto de millón de personas.

En su territorio, los católicos son solo el 16,4%, una cifra baja en la media nacional, y por debajo de la media del estado de Nebraska (28%), que sin embargo es alta en la media nacional. Eso configura una comunidad católica menos potente en recursos, pero más cohesionada.

Sobre esta base demográfica se edifica desde hace treinta años uno de los éxitos apostólicos más notables de la Iglesia norteamericana.

¿Crisis de vocaciones? En Lincoln, no
Según el Center for Applied Research in the Apostolate [Centro para la Investigación Aplicada en el Apostolado] de la Universidad de Georgetown, es la única diócesis estadounidense que todos los años desde 1993 ha estado entre las veinte primeras del país en proporción de sacerdotes ordenados por habitante.

Por ejemplo, en el trienio 2010-2012 se ordenaron 22 sacerdotes, en orden de magnitud prácticamente los mismos que los 34 que ordenó en el mismo periodo la diócesis de Los Ángeles con una población 44 veces mayor. Año a año, sólo 4 más en la megalópolis californiana que en su hermana del centro-norte del país.

Recientemente el obispo James Conley destacaba que teniendo en cuenta los de este curso, la diócesis habrá ordenado 17 sacerdotes en dos años. Todo ello permite unos buenos índices de reemplazo para un clero que figura entre los más jóvenes de Estados Unidos.
El obispo Conley, con los últimos ordenados en su diócesis.