Santo Niño de La Guardia


Se denomina Santo Niño de La Guardia al caso del presunto asesinato ritual de un niño, cometido por judíos y judeoconversos a finales de la década de 1480 en la localidad de La Guardia (Toledo), seguramente inspirado por la leyenda antijudía llamada calumnia de la sangre.
A mitad del 1487 o del 1488, Alonso Franco tuvo que hacer penitencia pública en castigo por haber judaizado; ante todos sonaron las disciplinas que rasgaron su carne. Se sintió tan humillado que, en compañía de sus hermanos, concibe un plan de venganza, y pretende inútilmente dar fin a los métodos empleados. Como se decía que el médico de Tembleque conocía el remedio, van a verle y a pedirle consejo; les dice que se hagan con un muchacho. Raptaron en la puerta del Perdón de la Catedral de Toledo al niño de 4 años, hijo de Alonso de Pasamontes (en algún lugar reza como Alonso Martín de Quintanar) y de Juana la Guindera. ¿Qué intentan? Se han confabulado para reproducir en la criatura toda la Pasión de Cristo. Era una diabólica idea que andaba errática por la Europa del tiempo y que acarreó la muerte injusta y cruel de muchos niños.
Lo llevaron al lugar llamado La Hoz de la Guardia y precisan la fecha: el Viernes Santo. Allí, a la luz de la lumbre, abofetean a la criatura, le escupen, le ponen corona de espinas y azotan sus espaldas. El rito se hace pronunciando sortilegios blasfemos. Crucifican al niño, le sacan el corazón con un cuchillo, y llevan su cadáver a enterrar en secreto a un lugar próximo a Santa María de Pera. La forma consagrada para el rito sacrílego mágico que conminaba la muerte de los inquisidores –y de todos los cristianos– rabiando, la facilitó Juan Gómez, sacándola de la iglesia que tenía bajo su custodia
Por este crimen ritual fueron procesados por la Inquisición varios conversos, además de dos judíos, procesados por las autoridades civiles, todos ellos quemados vivos en Ávila el 16 de noviembre de 1491. Se conservan algunos documentos del proceso (especialmente, el proceso completo contra uno de los acusados, Yosef Franco).
Este crimen fue lo que dio impulso para dictar el decreto de expulsión de los judíos, que se promulgó solo meses después (en marzo de 1492), siendo uno de los últimos reinos europeos en expulsarlos (el último fue Portugal).
Durante el siglo XVI se desarrolló una leyenda hagiográfica acerca del Santo Niño, cuyo culto continúa celebrándose en La Guardia.

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