A 40 AÑOS DEL COMBATE DE MANCHALÁ


 Este 28 de mayo se cumplen cuatro décadas del memorable combate de Manchalá,  donde efectivos de dos grupos de la Compañía de Ingenieros de Montaña 5 realizaban tareas de reparaciones en las escuelas de Manchalá y Balderrama.
Debido a la cantidad de bajas que había tenido la Compañía de Monte “Ramón Rosa Jiménez” y el reclamo de más acción por parte de los guerrilleros, el buró del ERP decidió llevar a cabo una operación de gran envergadura y así, levantar “la moral” a sus combatientes, conseguir municiones y armamentos e incrementar la colaboración de la población. Raúl Manuel Negrín alias teniente Roberto, Julio Abad, alias Armando y Wilfredo Siles alias sargento Lin  planearon atacar junto a unos 143 terroristas el Puesto Comando de la V Brigada de Infantería, ubicada en la localidad de Famaillá. Esta acción implicaba el uso del total de efectivos que disponía la compañía en esos momentos,  reforzados por guerrilleros provenientes de Córdoba y Tucumán. El objetivo principal era asesinar o secuestrar al Grl Br Acdel E. Vilas, a los oficiales y suboficiales y tomar el pueblo.  En la documentación secuestrada con posterioridad se descubrió una maqueta de la localidad, el plan de combate y la ubicación de los árboles en los cuales los guerrilleros planeaban colgar los cuerpos de los oficiales y suboficiales y hacer una formación especial para celebrarlo.
¿Por qué la fecha del 28 de mayo? Porque al otro día se festejaba el aniversario de la creación del Ejército Argentino y en ese día se comunicaría el éxito del siniestro ataque.
La noche anterior al golpe los subversivos tomaron la finca Sortey que usaron para realizar los últimos preparativos.
Debieron adelantar la partida para el ataque pues un peón de esa finca logró escaparse pudiendo dar la novedad al Ejército. Este hecho, más la visualización de un helicóptero patrullando la zona hizo aumentarles el nerviosismo.
Alrededor de las 17:30 hs. la columna terrorista dobló en un codo de la ruta donde topó de repente con un camión del Ejército Argentino. Los subversivos comenzaron a bajar rápidamente de sus vehículos mientras abrían fuego.
No sabían que en esa escuelita había un puñado de valientes argentinos que no especulaban con su crítica y aislada situación o en la superioridad numérica del enemigo. Respondieron como corresponde a soldados que saben el por qué se lucha: lo hicieron con el fuego.
Uno de nuestros soldados, Adrián Segura, cayó herido. Desde el suelo y con disparos que le destrozaron su fémur derecho continuó combatiendo hasta que el suboficial jefe de la fracción logró rescatarlo e introducirlo en la escuela que estaban reparando. En el interior de la misma pidió un casco y un fusil y olvidándose de sus heridas continuó cumpliendo con su deber.
A esa altura del combate, sesenta guerrilleros rodean el local escolar e intentan tomarlo infructuosamente. Prometen en reiteradas oportunidades a los soldados que si entregaban a los dos suboficiales se les perdonaría la vida. ¡Jamás! ¡Eran salteños! Y como el General Güemes, preferían morir antes que rendirse. 
El grupo de suboficiales y soldados que realizaba trabajos similares en Valderrama escuchó el intenso tiroteo y partió rápidamente en camión hacia Manchalá. Antes de llegar fueron atacados por los delincuentes subversivos desde los cañaverales.
Luego de dos horas de intenso combate y ante el temor de la llegada de refuerzos, los subversivos huyeron abandonando documentación, equipo y armamento.
Hoy a cuarenta años de Manchalá queremos recordar y homenajear con profunda admiración a aquellos bravos guerreros de la Compañía de Ingenieros de Montaña 5 que, aun en inferioridad numérica, no se amilanaron y  le mostraron al enemigo apátrida lo que es capaz un Soldado de Dios y de la Patria.

Daniel Omar González Céspedes

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