ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL
PROYECTO DEL ABORTO Y LAS ORGANIZACIONES PRO-VIDA
Me ha parecido oportuno hacer
algunas reflexiones a partir del Proyecto del Aborto y las actividades de
organizaciones o marchas y movimiento pro-vida. Lo hago como vieja militante,
con el derecho de venir participando de actividades pro-vida desde algo más de
30 años.
A veces leemos entrevistas o
comentarios o nos enteramos de la manera cómo se organizan marchas y otras actividades
donde se resalta que se está a favor de la vida y no en contra del aborto, que
no se actúa por ser católico, que el aborto no es posible por diferentes
razones como pueden ser que las menores no tengan autorización de los padres, que la mujer lo
resuelva de espaldas al hombre etc.
Por eso, me gustaría decir que si
sostenemos como razón contra el aborto:
el hecho de practicarlo sin la autorización de los padres en caso que se trate
de una menor; nos pueden rebatir poniendo un artículo donde se exija el
permiso de los padres y, sin embargo, va a seguir siendo un asesinato por más
autorización que tenga.
Si fundamentamos la oposición en
que no puede la mujer resolver sola porque el bebé se concibió con el aporte
del hombre; invocando así el derecho del hombre; nos podrían retrucar
asegurando que el padre estuviera de acuerdo, (podrían poner un artículo
exigiéndolo), igual sería asesinato.
Pero lo que es más profundo, al
decir que no se trata de un tema de
religión, estamos aceptando los postulados del enemigo. ¡Cuidado con
esto
de dejar la religión afuera! Como decía Chesterton (maestro del sentido
común): «Quitad lo sobrenatural y no encontraréis lo natural, sino lo
antinatural» y también «Cuando uno deja de creer
en Dios, inmediatamente empieza a creer en cualquier cosa». Es lo que ellos quieren, porque al dejar la
religión afuera nos dejan a los católicos fuera de la discusión. Es un
postulado del enemigo y no hay que aceptarlo. También es una cuestión religiosa,
aunque no sea solamente religiosa, y
los católicos no debemos tener un "complejo
de inferioridad" de mostrarnos católicos.
Debemos, también como católicos, reivindicar nuestro derecho y obligación de
decir la Verdad. Parece que las únicas "católicas" que hablan del
aborto son "las católicas por el derecho a decidir" ¡y lo hacen para
hablar a favor!
Los obispos no hablan o lo hacen
tímidamente; los laicos cuando lo hacemos decimos "pero no lo digo por ser
católico". La conclusión que debe sacar la gente sencilla es que este tema
no es de incumbencia de la Iglesia Católica y sí lo es, obviamente.
Lo que quiero decir es:
1- que no hay que moverse de: el
aborto es un asesinato y es inadmisible
porque es un asesinato.
2- no hay que tener miedo de
decir: esto lo pienso porque soy
católico, aunque haya también gente no católica que piense igual. Nunca hay
que “tener miedo” de decir la verdad.
3- tampoco hay que tener miedo de
decir "no al aborto", "no a la homosexualidad", "no a
la teoría de género", no somos
negativos por hacerlo. Es cierto que somos Pro-vida, pero somos pro-vida porque hay gente que quiere
matar la vida, que quiere distorsionar la naturaleza. Hace 300 años no
hacía falta ser pro-vida de la manera como lo hacemos nosotros hoy, porque a
nadie se le ocurría atacar a la vida, de la manera como lo hacen hoy. Te lo
digo porque hay muchos (aún entre los católicos, y aún entre la jerarquía) que
piensan que decir las cosas como son: es ser negativo o cerrado o dar una
imagen de tal. Eso no es cierto, hay que
ser lo más claro posible porque el mundo en que vivimos ya es bastante oscuro.
Me parece que esta es una
discusión interna que es importante que la demos todos los que participamos de
diferentes maneras de las actividades pro-vida.
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