Declaración inicial de la Guardia de Cristo Rey
“Combate por la verdad hasta la
muerte y el Señor guerreará por ti.”
(Eclesiástico 4,28)
En estos tiempos aciagos para la Iglesia y la Patria, se constituye la Guardia de Cristo Rey.Somos católicos y nacionalistas. Sépase desde un comienzo, para que nadie se llame a engaño. ¿Esto qué quiere decir? Que reclamamos para nuestra tierra argentina la Realeza de Nuestros Señor Jesucristo, pues esta -aunque ahora se lo niegue u oculte- le dio Ser en su origen y grandeza en la historia. No somos ni queremos ser un partido político. Todos, sin excepción, han demostrado su ignorancia de la Nación, debido a las ideologías destructoras y disolventes que los constituyen.
Hoy se sigue escuchando el grito impío y blasfemo de “No queremos que Este reine sobre nosotros” (Lc. 19, 114). Por lo tanto debemos clamar alos cuatro vientos que “Es preciso que Él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos bajo sus pies” (1 Cor. 15, 25).
La Verdad se encuentra arrinconada. Y ante esta gravísima situación cabe una sola actitud: desenvainar la espada de la doctrina y marcar al error en la frente;ya que este se levanta de manera insolente: todas las verdades son atacadas o negadas; tanto las del orden de la razón como las del orden de la fe, las morales como las dogmáticas. Esto urge proclamarlo francamente, porque es un deber. “En las crisis políticas –decía de Bonald- lo más difícil para un hombre honesto no es cumplir su deber sino conocerlo”. De ahí la necesidad de la reiteración de los principios olvidados o preteridos.
Sabemos que hay dos maneras de ser cristianos. Por el testimonio del martirio o por el testimonio de la confesión. Mártires o confesores. Porque el testimonio, de cualquier género que sea, provoca la oposición del enemigo, y consiguientemente la lucha, y al decir de León XIII, en Sapientiae Christianae “cuanto más encarnizada es la lucha, tanto más segura es la victoria con el auxilio de Dios”. Debemos dar testimonio. Dar testimonio de que la vida es tanto más digna de ser vivida, cuanto más dedicada está al servicio de Dios, de sus mandamientos y de una causa justa, como es la de nuestra Patria restaurada en Cristo”, como enseñó Jordán Bruno Genta. “Christus vult longi proelii militem” (“Cristo quiere soldados de largo aliento”) exhortaba San Hilario, y así debe ser porque la meta de la Guardia de Cristo Rey es justamenteesa lucha testimonial.
Pidamos a Jesucristo Nuestro Divino Rey, por intercesión de Su Santísima Madre, nos conceda la gracia de militar bajo Su bandera como fieles guerreros de un combate intemporal.
¡VIVA LA PATRIA!